Luego del censo practicado, abundó, se llegó a la conclusión de que se le tenía que buscar otra fuente de ingresos a los calandreros; sin embargo, la Dirección de Transportes del estado les volvió a refrendar su concesión.
“De entrada, la autoridad del transporte público les refrendó de nueva cuenta su concesión, lo cual no tuvo por qué haber sido, porque tienen que hacer un pase de revista y al pase de revista le tienen que decir que hay una Ley de Bienestar Animal en dónde está proponiendo que no puede haber animales de tiro y jale en zonas pavimentadas. Entonces desde ahí, transporte público no tuvo por qué haber refrendado esa concesión”.
Además, señaló que los diputados locales que hicieron y aprobaron la Ley de Bienestar Animal no se comprometieron a darle continuidad al tema, buscando recursos para apoyar a las familias que viven del servicio de las calandrias.
“Si yo hago una ley mínimamente me comprometo a darle validez a esta ley, pero mejor aún, ahora salen con que están recolectando firmas para el retiro de calandrias.
Me pregunto, si yo soy diputado por qué no etiqueto recursos suficientes para un programa de retiro de caballos de las calandrias y otorgó un beneficio a estas familias para hacerles un cambio al servicio turístico que están prestando”.
Garnica San Román subrayó que las autoridades estatales y municipales se tienen que poner de acuerdo y darle una solución real al tema. Insistió en que se debe buscar un presupuesto para crear un programa que ayude a la sustitución de las calandrias, dado que es importante la salud de los equinos, “pero también tenemos que hacer conciencia en que la propia autoridad estatal les está otorgando una concesión para calandrias”.