Por eso es relevante la propuesta de Pérez Carmona: ejecutar un programa integral de incendios en el que se toquen los temas de prevención, sensibilización, capacitación, sanción y organización comunitaria.
AsÃ, primero la orientación al campesinado; luego viene la sanción; pero actualmente no hay ni lo uno ni lo otro; es el abandono del campo, el distanciamiento gubernamental, el que priva.
Por ende, el gobierno es más culpable de los incendios que quienes los causan, porque además de soslayar el problema, descuida, margina, minimiza, a las dependencias encargadas de sofocar los incendios, lo mismo que a sus integrantes.
Los legisladores no son ajenos a tanta negligencia; sabedores de que año con año grandes extensiones de bosques desaparecen por los incendios, escamotean los recursos para planear, prevenir y combatir el fuego.
Nadie se ocupa de pedirles que proyecten su atención al problema, y tampoco ellos tienen la sensibilidad de hacerlo sin que alguien lo promueva.
Es en momentos como éstos, en que hay 18 incendios activos en la entidad, cuando el gobierno reacciona para luego, superado el peligro, olvidarse del asunto, mientras quedan atrás miles de hectáreas devastadas, que tardarán lustros en recuperarse. n